Llamé al hotel donde se iba a
hospedar Alejandro y me dijeron que él y su esposa llegarían al día siguiente.
Eso quería decir que se fue un día antes para estar con Paulina.
Al día siguiente, cuando llegué
al trabajo Debbie me dijo: “Paulina ha vuelto”. Subí a la recepción y al ver a
Paulina sentí un gran coraje. Al verme, saludó.
¾Hola.
Lamento haberme ido sin avisar. Me dijeron que fuiste a visitarme. Me siento
muy mal.
¾¿Por qué?
¿Te han descubierto? ¿O esperabas que tu plan fuera un gran secreto?
¾No sé
qué esperaba. Ni siquiera me puse a pensar en ello hasta que llegué al
aeropuerto. Alejandro tenía razón. Se había acabado, y debía dejar que así
fuera ¾frunció el ceño¾. Jessica ¿Te encuentras
bien?, luces horrible.
¾¿Y
cómo me debo ver, al oírte hablar de él de esa manera? ¿Crees que porque forma parte del pasado ya no importa? Si es
así, te equivocas.
¾Pero
tú me animaste. No sabía que el matrimonio de Eduardo fuera tan importante para
ti.
¾¿Eduardo?
¿El editor? ¿Qué tiene que ver él con esto?
¾Mucho.
Es él con quien me veía, de quien te hable el otro día. Pensé que Alejandro te
lo contaría.
¾no.
Jamás dijo una palabra.
Dicho esto, Salí de inmediato a puerto Vallarta, si no era
con Paulina, descubriría con quién diablos está.
Llegue al hotel donde se hospedo Alejandro justo a tiempo.
Él estaba en su habitación. En la recepción me indicaron que ocupaba la suite principal, en la primera planta.
Encontré la suite sin
dificultad. En el pomo de la puerta colgaba el cartel <<no molestar>>. Abrí la puerta y para mi sorpresa
está cedió. La empujé con fuerza y entré. Percibí movimientos, de cabezas que
se volvían. Pero solo vi a Alejandro.
¾Hola,
Jessica
¾No te
atrevas a decirme <<hola>>. Te descubrí, ¿me oyes? ¾Reinó un silencio atónito,
luego, escuche el ligero ruido de las sillas. Me di cuenta que había una docena
de personas distribuidas en un semicírculo¾.
¾Como
pueden ver, damas y caballeros, esto no forma parte del curso. Quizá podamos
proseguir mañana ¾Así
fue como se retiraron todos¾.
Estábamos hablando de las entradas dramáticas. Tu llegada no pudo ser más
sincronizada ¾me
dijo¾.
¾No te
rías de mi, bastardo.
¾¿Me
vez divertido? ¿Hace cuanto lo sabes?
¾Desde
hace semanas. No finjas conmigo.
¾¿Cómo
lo averiguaste?
¾Recibí
una carta anónima.
¾¿Puedo
verla?
¾No,
la rompí y luego la queme.
¾¿Recuerdas
lo que decía?
¾Sí,
que amabas a otra mujer y la firmaba un amigo. Pudo haber sido tu amante, pero,
¿No te parece de mal gusto?
¾¿Por
qué nunca la mencionaste?
¾¿No
era esa su intención? ¿O sabías que la había escrito?
¾Sí,
lo sabía pero no produjo el efecto deseado.
¾¿Cuál
era el efecto que esperabas? ¿Qué les dejara el camino libre?
¾Todo
lo contrario. Esperaba que lucharas por mí. Que pudiéramos construir de nuevo
nuestro matrimonio.
¾Pero…
¿Qué dices?
¾Sí,
esa carta la envié yo. Jessica, sentía que cada día estabas más enfrascada en
tu trabajo y que todos nuestros planes se venían abajo. Jesy te amo más de lo
que nunca sabrás. Habría hecho esto y más para recuperarte. Lo siento tanto
amor.
¾Alejandro,
¿Me dejaste pasar por todo esto?
¾Juro
que jamás pensé que llegaría tan lejos. No te culparía si me odiaras. Pero me
seguiste Jesy. ¿No significa eso que me amas? ¿Qué aun tenemos algo juntos por
lo que luchar? ¾Me
dijo, tendiéndome la mano¾.
¾ Oh,
Ale, pensé que ya no me querías más ¾le
dije tomando su mano y besándolo¾.