Era la esposa de Eduardo, Alma, No podía creerlo.
Llegue hecha una furia, exigiendo explicaciones y eso fue lo
que obtuve…
Alejandro me dijo que Eduardo había sido transferido a
Quintana Roo y en su lugar se quedaría Alma. Cuando me lo dijo quede
estupefacta, había hecho el digno papel de la esposa celos.
Cuando acabo la comida decidí retirarme e ir de vuelta al
trabajo.
En el trabajo, Paulina me comento que su marido y ella se
iban a separar. Que el se iría a París. Que ella de alguna forma se sentía liberada
con eso, ya que estaba enamorada de un hombre casado y este le había prometido
dejar a su esposa. No supe que decirle así que solo le ofrecí mi apoyo. Quedamos en cenar en su casa el sábado como
despedida de su marido.
El sábado llego, nos alistamos para la cena. Alejandro,
vestido con un pantalón negro y camisa a
juego. Yo elegí un vestido que era abiertamente sexi, de crepe negro, con un
escote pronunciado. También las medias
eran negras, igual que la ropa interior sinuosa y nueva que me regale.
Cuando baje para encontrarme con Alejandro observe que abría
los ojos con repentina intensidad, así que le pregunte:
¾¿Cómo
estoy? ¾Le
pregunte expectante.
¾Estas…
arrebatadora ¾dijo acariciándome con la mirada.
Luego miro su reloj ¾ se
hace tarde, debemos irnos.
¾Tal
vez podemos llegar un poco tarde
¾Así
es, pero no sería muy educado con paulina, que nos espera.
¾Tienes
razón, por supuesto ¾repuse
con voz frágil después de tragarme mi orgullo.
Algo me decía que tal vez, ya era muy tarde para los dos.
Llegamos a casa de Paulina. Probablemente no era la peor
velada a la que había ido, pero se le acercaba. Había tanta tensión en el
ambiente que parecía un funeral. Solo que hubo un episodio muy raro. En una ocasión que fui por café al salir de
la cocina encontré a Alejandro y a paulina en una esquina de la sala, muy próximos
y hablando en voz baja. Cuando se dieron cuenta que había llegado se acercaron
y nos sentamos pero hubo silencios incómodos y la tensión nunca se fue.
Alejandro y yo decidimos irnos a nuestra casa y cuando
llegamos le pregunte:
¾¿De qué
hablaban Paulina y tú? los vi muy… entusiasmados en su platica
¾Ya lo
sabes ¾repuso en tono seco
¾¿Del
otro hombre? ¿Te lo conto? ¿Y porque a ti?
¾Si y
me comento que le habías dicho que siga sus impulsos, ¿No es así jessy?
¾No
exactamente, pero ella hará lo correcto
¾Espero
que pienses lo mismo en un futuro ¾dijo
y guardo silencio
Estábamos casi discutiendo y lo último que quería era eso
¾Cambiando
de tema…. Alejandro quiero la verdad… ¿ya no me deseas?
¾¿Eso
es lo que piensas? No podrías estar más equivocada ¾se acerco a mí en dos zancadas y
con manos fuertes y ansiosas me atrajo hacia él¾.
De acuerdo, te he estado observando, pensando en ti y en lo que haría en cuanto
estuviéramos solos.
Me beso con ardor y exigencia, separándome los labios con la
familiaridad de la posesión, echándome hacia atrás sobre su brazo para que su
boca pudiera acariciarme la larga línea del cuello, mientras con una mano buscaba
abrir la cremallera que sujetaba el vestido.
Cuando esta se abrió…
(Continuara)
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